Muchos de nuestros vinos preferidos se crían en roble (francés o americano) por eso es interesante conocer cómo se hacen las barricas. ¿Sabías que no hay clavos ni remaches, ni juntas entre tabla y tabla? Es un trabajo artesanal y meticuloso. Una barrica bordelesa, de las que estamos acostumbramos a ver en las cavas de las bodegas, contiene 225 litros de vino y está formada por entre 33 y 36 duelas de roble a las que primero se las sujeta con un aro metálico y luego se les aplica calor para que se doblen. Lo que hace que no haya filtraciones es solamente la presión entre sus tablas. El proceso es muy vistoso porque el calor se consigue colocando la barrica en torno al fuego.
Los aromas que percibimos en la copa como vainilla, caramelo, chocolate, humo, clavo de olor, coco y otros, provienen de la madera y el grado de tostado que se le de a la barrica, que puede ser suave, medio o intenso, influye muchísimo. Por eso cuando una bodega hace una compra de barricas elige con cuidado la intensidad del tostado. Para ver el paso a paso de cómo se hace una barrica de roble te recomendamos este video que está genial.