Vino que ha sufrido algún tipo de proceso para aumentar su estabilidad.
Este proceso estabilizador generalmente consiste en la adición de brandy o aguardiente al mosto durante la fermentación. Generalmente estos vinos tienen una mayor graduación alcohólica y son mas dulces que los vinos “normales”.
El resultado, además de un sabor distinto, es un vino que puede permanecer abierto durante días o meses sin perder sus características organolépticas.
Ejemplos de vinos fortificados son el jerez, el oporto, el marsala, etc.
Fuente: diccionariodelvino.com